El Conde Lucanor, una vez más le pidió un consejo a Patronio.
El Conde Lucanor, estaba agobiado, ya que necesitaba dinero para darle a la gente que iba a pedirle, por lo que tenía que hacer un gran sacrificio: vender una de sus más preciadas tierras o algo parecido a eso para poder obtener el dinero necesario. Patronio para darle consejo, comenzó a contarle esta historia sobre lo que le sucedió a un hombre que tenían que limpiar su hígado:
La historia trata sobre un hombre que estaba muy enfermo y sólo podía curarse si los médicos no le sacaban su hígado y lo lavaban con unas medicinas. Mientras lo estaban operando, un hombre que estaba al lado del médico comenzó a pedirle un trozo del hígado para darle de comer a su gato.
Finalmente las palabras de Patronio fueron: "»Y vos, señor Conde Lucanor, si queréis perjudicaros para conseguir un dinero que después vais a dar a quienes no lo necesitan, podréis hacerlo por vuestro capricho, pero nunca por mi consejo."
Con esta historia, don Juan nos deja una enseñanza dicha en estos versos:
"Si no te piensas bien a quién debes prestar,
sólo muy graves daños te podrán aguardar."
Eva Rivera A01111457
Edelmira Hernández A01111360
Alma Castellón A01111629
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